EL CONSERVADURISMO
Conservadurismo
Se
conoce como conservadurismo a un conjunto de posturas sociales, ideológicas y
políticas contrarias a la noción de cambio radical (Revolución)
y de progreso (progresismo), en
favor de la defensa y perpetuación de los valores familiares y religiosos del
status quo, o a lo sumo de un cambio gradual y muy controlado.
En
ese sentido, las posturas conservadoras suelen aproximarse al espectro ideológico de la derecha o
la centro-derecha, es decir, la resistencia al cambio
social. Suelen gozar de popularidad entre los sectores más pudientes de
las sociedades, reacios a perder sus beneficios,
pero no son posturas exclusivas de ningún estrato socioeconómico.
Orígenes
del término Conservadurismo
El término
conservador surge a
principios del siglo XIX para describir
las posturas contrarias a las ideas libertarias de la Revolución Francesa de
1789, así como a las de la Ilustración, o en defensa
del llamado Antiguo Régimen.
Lo
habría introducido al vocabulario político de la época el diplomático, político
y escritor francés Chateaubriand.
Valores
conservadores
El conservadurismo defiende una estructura política
con un núcleo definido.
Tradicionalmente,
el conservadurismo ha defendido ciertas posturas sociales, políticas y morales
que podrían resumirse en:
·
Centralismo. Conservar
una estructura de poder político con un claro núcleo desde el que se tomen las decisiones.
·
Religiosidad. La
defensa de la Iglesia y la
religión como instituciones necesarias para la sociedad.
·
Orden. El
llamado al orden y la estabilidad es fundamental en la visión
conservadora, que a menudo tilda de anárquicos a los movimientos de cambio
social.
·
Tradición. Los
valores familiares y locales suelen tener un lugar privilegiado en el
conservadurismo.
·
Nacionalismo. La
exaltación de lo local a menudo acompaña al pensamiento conservador, opuesto a
los cosmopolitismos de la ideología de izquierdas.
Economía
conservadora
La
postura económica de los sectores conservadores amerita un punto por
separado.
Tradicionalmente fue la de una economía proteccionista, que favoreciera a los terratenientes locales y que iba de la mano del nacionalismo.
Tradicionalmente fue la de una economía proteccionista, que favoreciera a los terratenientes locales y que iba de la mano del nacionalismo.
Sin
embargo, los cambios que el capitalismo y la época contemporánea
introdujeron en las sociedades propiciaron una nueva postura conservadora,
que prefirió el libre mercado y la poca intromisión del
Estado en materia económica, en contra de los sectores
progresistas que clamaban por medidas de protección social y mediación del Estado frente a los grandes capitales
internacionales.
Tipos
de conservadurismo
El conservadurismo moderado acepta la democracia como
régimen de gobierno.
Atendiendo
a su postura respecto al papel de la democracia, es
posible distinguir entre dos vertientes del conservadurismo, que son:
·
Conservadurismo moderado. También
llamado de centro derecha o conservadurismo liberal, se supone una tradición
conservadora moderna que ha aceptado la democracia como régimen de gobierno, está poco conectado con los
valores religiosos y mucho más con los del nacionalismo y el libre mercado.
·
Conservadurismo reaccionario o
extremo. Constituye la llamada “reacción” contra los movimientos
libertarios herederos de la Revolución Francesa y de la Ilustración, más
apegada a valores propios del Antiguo Régimen como la religión, la tradición,
la autoridad y la fidelidad a las tradiciones.
Corrientes
conservadoras
Otra
forma de distinguir entre los diversos conservadurismos es aludiendo a su
origen, determinado por su momento histórico y su lugar geográfico, de la
siguiente manera:
·
Conservadurismo inglés. Su figura
central fue Edmund Burke, quien propuso la
imposibilidad utópica de un Estado como el que perseguía la ilustración
francesa, es decir, basado en la razón humana, prefiriendo
un retorno a los valores cristianos y al naturalismo
social. Sin negar la necesidad del cambio social, este
movimiento se cuestiona su velocidad necesaria.
·
Conservadurismo francés. Opuesto a
la minimización de la Religión y de las instituciones monárquicas que
impuso la Revolución Francesa, se aferró a sus
valores tradicionales y
postulados ultranacionalistas, dando origen a numerosos partidos de derecha.
·
Conservadurismo alemán. El primer
movimiento conservador “moderno” fue el
alemán. Partiendo del principio de la desigualdad social y la pobreza como un elemento que debe
resolverse, se promueve un Estado reformista
que sepa adaptarse a los tiempos y evitar así cualquier
necesidad de cambios violentos.
·
Neoconservadurismo. También
llamado “neocon”, surge como reacción a la contracultura estadounidense de
los años 1960, y después es exportada a otros países como Japón, Reino Unido o incluso
la República Checa. Difunde el individualismo, el libre mercado y la
defensa de la democracia capitalista a toda costa.
Religión y pensamiento conservador
El pensamiento conservador defiende los valores
propuestos por la religión.
Como se
ha dicho antes, la religiosidad y la institución eclesiástica (sobre todo las
grandes iglesias cristianas occidentales) juegan un rol vital en el pensamiento
conservador, no sólo porque éste considere que la religión es un actor determinante
en la composición de la sociedad y debe garantizarse la
continuidad de su papel social (y por ende político), sino además porque el
pensamiento conservador, a distintos niveles, se aferra a los valores
metafísicos propuestos tradicionalmente por la religión como los valores “intrínsecos” o
“transcendentes” del hombre, por encima de los que provengan de los acuerdos
políticos y sociales colectivos.
Diferencias con el liberalismo
El
liberalismo parte de la libertad individual y social como ideal de las cosas.
La
oposición entre liberalismo y
conservadurismo data del inicio de la edad moderna y ha sido el combustible para numerosas
confrontaciones políticas a lo largo de la historia, a menudo conducentes a guerras
civiles, como es el caso de las jóvenes naciones americanas a finales del siglo
XIX y comienzos del XX. Las diferencias entre ambos modelos pueden resumirse
en:
·
El liberalismo parte de la libertad individual y social como ideal
de las cosas, mientras los conservadores apuestan por el orden y el control.
·
El liberalismo apuesta por los valores cosmopolitas de la
igualdad, fraternidad y libertad de la Revolución Francesa, mientras que
algunas corrientes conservadoras prefieren los valores tradicionales
nacionalistas y el derecho natural.
·
El liberalismo y el progresismo promueven el cambio
social como un valor per se, mientras los conservadores se aferran a las
estructuras tradicionalmente imperantes.
Conservadurismo
político
En
la actualidad, el término “conservador” puede aplicarse como más o menos sinónimo de algunas de sus ideas
fundamentales de respeto a la autoridad y un Estado
paternalista, fuerte, contrario al modelo individualista del liberalismo.
En
ese sentido, el término se utiliza no sólo para designar ideologías de derecha,
sino aquellos
sistemas en que se verticaliza, se jerarquiza, se hace
rígida, la relación entre el orden político y sus ciudadanos.
Así,
es posible tildar de conservador a sistemas
de gobierno inicialmente revolucionarios, como la Unión Soviética estalinista o la Cuba
de Fidel Castro.
El conservadurismo rechaza las reivindicaciones
sociales a la población homosexual.
Otra
aplicación del término “conservador” tiene que ver con ciertas posturas de rechazo respecto a
las libertades individuales vinculadas con lo social, como
pueden ser ciertos debates contemporáneos
de despenalización del aborto, reivindicaciones sociales a la población
homosexual o sexodiversa, o la legalización de la marihuana. Estas
posturas no necesariamente están acompañadas de una ideología reaccionaria o un
planteamiento económico conservador.
Liberalismo
conservador
Se
usa este término para aludir al sector más conservador dentro del liberalismo,
es decir, la
corriente de la derecha contemporánea.
Sus
postulados se insertan dentro de una economía liberal de libre mercado
(el laissez faire o “dejar hacer”) y la naturalización de las
desigualdades sociales como algo intrínseco e
inevitable de la condición humana.nevitable de la condición humana.
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